«Tres en uno»
Cuando llegamos a la finca rural para disfrutar de un fin de semana tranquilo, no esperábamos que el rudo agricultor del lugar nos cambiara la jugada. El tipo era un verdadero perro, siempre gruñendo y con una mirada lasciva en los ojos. Su comportamiento nos resultaba incómodo, pero no pensamos que llevaría a nada más allá de algunas groserías.
Pero el destino tiene su manera de sorprendernos. Después de una cerveza demasiado fuerte, mi novia y yo empezamos a charlar con el agricultor, que nos contaba sus historias de campo, rodeadas de sexo y pasión. Su voz ronca y sensual nos hacía vibrar, y antes de darme cuenta, estábamos invitados a su cama.
Lo que sucedió a continuación fue una verdadera orgía. El agricultor nos hizo chupar sus vergas, uno detrás del otro, mientras que mi novia y él se follaban con frenesí en la cama. Yo me uní al baile, metiendo mi perra entre sus piernas para sentir su vagina contrayéndose a cada embestida.
La escena era como una película porno, pero esta vez los actores eran reales, y el deseo, auténtico. El sexo oral, la penetración, el jadeo y los gritos de placer nos envolvían en un ambiente erótico inigualable.
Finalmente, después de varias horas de sexo salvaje, mi novia y yo nos miramos con ojos de adulterio, mientras que el agricultor se quedaba exhausto pero satisfecho a nuestro lado. Fue una experiencia que no podríamos olvidar nunca, y que cambió para siempre nuestra visión del sexo y la pasión humana.



