«Tengo que confesar que nunca pensé que la sesión de casting en Medellín iba a resultar en una brutal penetración con mi jefe estadounidense. Daniela Andrea y Max Carte eran los protagonistas de esta escena, pero también fui yo, involuntariamente.
Después de un largo día de audiciones, decidí pasarme por el casting para ver si podía encontrar a alguien que me gustara para pasar un rato divertido. Y allí estaba él, Max Carte, con su verga imponente y su sonrisa seductora. Daniela Andrea, la modelo colombiana de ojos rasgados y curvas suaves, parecía estar disfrutando mucho del momento. Y yo, ajenos a los planes que tenían, me encontré metido en un porno improvisado.
Pronto nos fuimos a mi habitación y comenzamos a chupar, a follar, a hacer sexo oral, y a dejarnos llevar por la pasión. Daniela era una perra, no había duda, y Max tenía el pene perfecto para saciar mi sed de sexo. La vagina de Daniela se abría para recibimos, y nuestros gemidos resonaban en la habitación.
Fue un chimbo increíble, pero al final, cuando nos fuimos a dormir, no podía evitar pensar que todo esto había sido un accidente. No estaba buscando una trío con mi jefe y su modelo favorita, pero supongo que a veces las cosas salen de control y se convierten en algo más salvaje. Y eso es precisamente lo que pasó en ese casting de Medellín.»



