La doméstica y el repartidor de la pasada

0 views
0%

«PIDIO QUE LE TOMARA UNAS FOTOS Y TERMINO FOLLANDO SIN CONDON CON EL DOMICILIARIO»

Ese día, la vida de Ana se convirtió en un episodio de porno. Estaba sentada en el sofá de su apartamento de Bogotá, vestida con una camiseta rosa y pantaloncitos negros, cuando llamaron a la puerta. Esperó que fuera el repartidor de paquetes, pero no, era él, el domiciliario más sexy que jamás había visto en su vida.

Le pidió que tomara algunas fotos para enviarlas a sus amigas y, sin pensarlo, se acercó a ella con una sonrisa picarona. Ana notó que su verga estaba erecta bajo los pantalones de camuflaje y sintió un calor intenso en su vagina.

El domiciliario comenzó a hacerle fotos en diferentes posiciones, pero pronto se convirtió en algo más que una simple sesión fotográfica. Le pidió que se quitara la camiseta y él no se resistió a acariciar sus pechos, mientras le decía cosas como «eres una perra hermosa» y «te deseo follarme».

Ana se sintió un poco cohibida al principio, pero pronto se dejó llevar por el momento. Le dio un beso en la boca y él respondió con su lengua entrando en su boca. Luego, le hizo sexo oral mientras ella lo miraba con los ojos cerrados, disfrutando del placer que le estaba brindando.

Después de eso, no hubo forma de parar. Ana se arrodilló en el sofá y él la penetró con su pene, sin condón, como si estuvieran en pleno rodaje de un porno. La satisfacción fue inmediata y tanto ella como él gritaron de placer.

Finalmente, se dieron un abrazo y Ana le dio las gracias por la sesión fotográfica más apasionada que había vivido jamás. Y él, con una sonrisa en el rostro, se fue dejando a Ana con un sentimiento de satisfacción y un deseo intenso de volver a verlo pronto.

Fecha: abril 13, 2025