«SIN BRAGAS grabo a la mama de mi amigo bajo su vestido» es un título que me hace recordar momentos inesperados y placenteros. Como si fuera una escena de un porno en vivo, donde el protagonista se encuentra con una sorpresa erótica que no había previsto.
En este sentido, la descripción de imagen «a man is standing on a skateboard» no tiene mucho que ver con el título original, pero es como si estuviéramos viendo al mismo personaje que ha decidido cambiar el rumbo y saltar del skateboard a la cama. Quizás mientras practicaba trucos en la bicicleta de dos ruedas, pensó: «¿Por qué no probar algo nuevo? ¿Por qué no me acerco a mi amigo y le pido a su madre que se deshaga de aquel vestido y muestre lo que tiene debajo?»
Y ahí es donde la sexualidad explícita entra en escena. La expresión «sin bragas» es un invitación para mirar más allá, para descubrir el sexo femenino sin tapujos, como si fuera una pornomodelo ofreciendo su cuerpo en completo abandono. Es follar con los ojos, chupar la vista con deseo, tener sexo oral con la imaginación.
La vagina se convierte en un tema central, como si fuera el centro de una especie de ritual sexual que se celebra en cada oportunidad. Y el pene, ese órgano sexual masculino que busca penetrar y gozar, se vuelve un instrumento de placer y exploración, un chimbo que no para de buscar nuevos horizontes.
En definitiva, «SIN BRAGAS grabo a la mama de mi amigo bajo su vestido» es un título que habla de sexo, de deseo, de la naturalidad del cuerpo humano. Y en ese sentido, el skatebordista se convierte en un personaje sexual que no para de explorar y descubrir nuevos placeres.
