«El amor en la era del OnlyFans»
En un mundo donde el sexo se vende a granel y la intimidad se ha convertido en un lujo, ¿qué es lo que queda de la pasión auténtica? Karol Rosado, columnista de 40 Grados, nos hace reflexionar sobre si el amor puede existir en una plataforma como OnlyFans, donde la satisfacción sexual se vende a precio de mercado.
La imagen que acompaña este texto es un ejemplo de cómo nuestra sociedad ha cambiado. Un hombre y una mujer sentados en un sofá, mirándonos con expresiones más propias de una sesión de fotos eróticas que de un momento íntimo. La sexualidad se ha vuelto mercantilizada, y la pasión se ha convertido en un producto a vender.
Pero ¿qué hay detrás de esa sonrisa forzada? ¿Qué secretos esconden esos cuerpos perfectamente depilados y those «pós» Instagram-worthy? La realidad es que la sexualidad no se resume a fotos bonitas o videos de sexo oral. El amor no se vende en una plataforma como OnlyFans, sino que se siente en el tacto, en el susurro, en la mirada profunda.
Y sin embargo, hay algo que nos atrae a ese mundo del porno y la mercantilización del sexo. Quizás sea porque allí, por un momento, podemos olvidar nuestras vergas, nuestros penes, nuestras vaginas y nuestros deseos frustrados. Allí, en el mundo de las perras y las putas, nos sentimos libres para explorar nuestros deseos más salvajes sin temor a la crítica.
Pero no se engañe, amor auténtico es difícil encontrar en un chimbo sexualizado. La verdadera pasión viene de dentro, no de fuera. Y aunque OnlyFans y demás plataformas nos ofrezcan sexo a granel, solo el amor propio puede darnos la satisfacción que realmente buscamos.
